Oración a San Alejo para alejar brujerías

En los momentos de tribulación y desconcierto, la humanidad siempre ha buscado una guía, una luz que les guíe hacia un lugar de paz y comprensión. Los antiguos relatos y las oraciones se han convertido en nuestro faro, iluminando los senderos oscuros que a veces se cruzan en nuestro viaje terrenal.

Las historias de santos y seres divinos que han caminado entre nosotros, ofrecen consuelo y dirección en los tiempos de mayor necesidad. Y, mientras que hay muchos santos y figuras espirituales a los que podemos acudir en busca de guía, uno en particular resplandece con una luz única: el bendito sanalejo. Este ser es una representación del amor incondicional, la protección y la guía divina.

Antes de sumergirnos en esta oración profundamente espiritual, es esencial que abramos nuestros corazones y mentes, permitiendo que las palabras fluyan y nos llenen de su sagrada energía, preparándonos para recibir la bendición y el mensaje que nos brinda.

 

En la estela del amanecer,
donde la luz destierra
las sombras de desesperación y mal,
hay un llamado que resuena
en corazones virtuosos,
un eco sagrado que conecta
con lo divino siempre cabal.

 

El tiempo, medido en misterio,
marcado por melodías celestiales,
nos lleva a la reflexión,
y a buscar lo trascendente y real.
En esos momentos, siento presencia,
tentáculos oscuros que amenazan
la paz que anhelo con pasión.

 

Pero en densidad de sombras,
surge una voz bondadosa,
suscribiéndome al legado de los justos,
recordándome que no estoy solo,
hablando de un ser glorioso:
el bendito san alejo, quien
desde Alejandría, siendo rey,
protegió a los débiles con fervor.

 

Con la fe como escudo,
invoco a este protector,
rogando que me libre de envidias,
de artimañas y hechizos traidores,
pidiendo que aleje enemigos,
y a quienes deseen verme caer,
que malas lenguas sean mudas,
y envidia no encuentre su lugar.

 

En medio de tempestades,
clamo por fortaleza y valor,
para que mendicidad espiritual
se transforme en bendición,
que protección divina recaiga
sobre familia, hogar y corazón,
que puertas estén custodiadas
por san alejo, nuestro protector.

 

El camino de la vida prueba,
y oscuridad a veces nos envuelve,
pero con san alejo como guía,
me siento fortalecido y libre,
sabiendo que un poder vela,
alejando maldad y mostrando la luz,
conduciéndome siempre hacia el bien,
y alejándome de toda cruz.

 

Al final de este rezo,
reflexiono sobre creación y amor,
sobre intercesión de santos,
que nos guían con fervor,
con un corazón lleno de gratitud,
termino mi plegaria con "Amén",
sabiendo que el divino poder
me guía hacia un futuro también.

 

A medida que las palabras de nuestra oración se desvanecen en el silencio, el eco de su mensaje se mantiene resonando en nuestro ser. La protección divina y el amor incondicional de sanalejo son promesas eternas a las que podemos aferrarnos en los tiempos de prueba.

Nuestro paso por este mundo es efímero, y las tribulaciones son parte del viaje. Sin embargo, armados con la fe y la convicción, podemos enfrentar cualquier desafío. Sanalejo nos recuerda que, aunque estemos rodeados de adversidades, no estamos solos. Hay un poder superior que nos guía y protege.

Que esta oración no solo sea un recordatorio del amor y la protección que tenemos a nuestro lado, sino también un llamado a vivir con compasión, bondad y fe, sabiendo que con cada paso que damos, caminamos bajo la mirada amorosa de lo divino.

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