Oración a Don Juan del Volteo y San Deshacedor
En tiempos de incertidumbre y desafíos, la fe se erige como el faro que guía a las almas perdidas. El universo, en su inmensidad, está repleto de misterios y secretos que a menudo escapan a nuestro entendimiento. Sin embargo, en medio de toda esa inmensidad, existen entidades espirituales que nos ofrecen protección y guía.
San Juan del Volteo, uno de los espíritus más venerados, ha sido durante generaciones un símbolo de esperanza y fortaleza para aquellos que buscan refugio contra las adversidades. Con una historia rica en milagros y actos de benevolencia, su figura se ha convertido en un pilar para aquellos que buscan luz en medio de la oscuridad.
Es por ello que, al enfrentar momentos de duda o temor, muchos vuelven sus ojos y sus corazones hacia él, buscando su intercesión y protección. La oración que se presenta a continuación es un tributo y una petición, un canto desde lo más profundo del alma, invocando su guía y amparo en el arduo camino de la vida.
Oh poderoso San Deshacedor y San Juan del Volteo,
guías protectores en misterios profundos.
Acudo ante ustedes con corazón devoto y alma sincera,
buscando luz en tiempos oscuros.
En la penumbra donde el mal reside,
busco tu abrazo, fuerza que me esconde.
Tú, conocedor de secretos sombríos,
envuélveme con tu manto bendecido.
Protegiéndome de malas artes,
que buscan quebrantar mi espíritu ardiente.
Oh venerable guía, escucha mi ruego,
disipa cualquier mal que me persigue.
Que tu poder divino, en majestuosidad,
quiebre y elimine encantos oscuros.
Tú, que ves las intrigas y las traiciones,
aleja de mí todos estos tumultos.
El camino terrenal es incierto y vasto,
plagado de luchas y adversidades crudas.
Pero con tu guía y sabiduría innata,
siento la fuerza para avanzar sin dudas.
Imploro tu auxilio contra todo mal,
enfermedad, envidia y cada adversidad.
Ayúdame a mantenerme firme y recto,
alejado de la tentación y la maldad.
Deseo caminar libre, sin velos oscuros,
lámparas malévolas o brujería sutil.
Voltea, oh San Juan, todos los trabajos maliciosos,
protege mi ser, en cuerpo y espíritu.
Con la bendición del gran Señor,
deposito mi confianza en ti, guía celestial.
Sé que con tu escudo y manos bondadosas,
estaré resguardado de todo mal terrenal.
Deseo que la luz de verdad divina,
ilumine mi paso, alejando la oscuridad.
Que cada huella que deje en este mundo,
esté guiada por tu certeza y claridad.
Te agradezco, oh guía espiritual,
por ser refugio, consuelo y bendición.
Acepto tu protección y amor eterno,
sabiendo que bajo ti, encuentro redención.
Elevando mi voz, mi ser y mi canto,
te imploro que permanezcas, no me dejes solo.
Brinda fortaleza, determinación en cada paso,
para cumplir mi misión, mi destino anhelado.
En desafíos y retos, quiero sentirte cerca,
tu presencia reconfortando mi corazón.
Y en sombras, que tu luz disipe la penumbra,
guiando con sabiduría, hacia el puro amor. Amén.
El poder de la oración trasciende el simple acto de recitar palabras. Se convierte en un puente entre el mundo terrenal y el espiritual, permitiéndonos conectar con seres superiores que nos ofrecen su ayuda y bendiciones. Al recitar estas palabras con fe y devoción, abrimos nuestras almas a la gracia divina, permitiendo que la luz y el amor penetren en los rincones más oscuros de nuestro ser.
Aunque la vida nos presente pruebas y desafíos, siempre contamos con aliados espirituales dispuestos a asistirnos. San Juan del Volteo es uno de ellos, y su poder y protección son inquebrantables. Que al concluir esta oración, cada devoto sienta la tranquilidad y seguridad de saber que no está solo en su travesía, que hay una mano celestial dispuesta a levantarlo en momentos de flaqueza.
Continuemos, entonces, con fe inquebrantable, sabiendo que, por encima de todo, estamos protegidos y amados. Que esta oración resuene no solo en nuestros labios, sino también en nuestros corazones, fortaleciendo nuestro espíritu y renovando nuestra esperanza.
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