Oración San Elías petición

En el vasto panorama de figuras bíblicas que han marcado el curso de nuestra fe, San Elías emerge con una presencia inigualable. Su compromiso incuestionable y su fervor inquebrantable con Dios lo convierten en uno de los pilares sobre los que se sustenta nuestra tradición. Al pie del Monte Carmelo, este profeta ejemplificó la relación sincera y pura que todo creyente debe aspirar a tener con el Divino.

Las historias de la Biblia que relatan sus hazañas y sacrificios nos brindan un mapa, una guía en nuestro viaje espiritual. San Elías no solo fue un testigo de los designios de Dios, sino también un instrumento de Su voluntad, un faro luminoso en tiempos oscuros. Antes de sumergirnos en esta oración que exalta y busca su intercesión, recordemos el legado y las enseñanzas que nos dejó, y permitamos que estas palabras resuenen en nuestro corazón.

 

San Elías, profeta divino
del Monte Carmelo,
con tu inquebrantable celo
hacia la honra de Dios.

 

Y en tu rol espiritual
como padre de la Virgen
del Monte Carmelo,
tú, que desde aquella majestuosa cumbre.

 

Con pensamiento profético,
vislumbraste a María
en aquella nube que ascendía
desde el mar sin rastro de sus amarguras.

 

Esta misma nube, tras alcanzar
la cima de la montaña santa,
descendió como lluvia abundante
sobre los campos sedientos de Israel.

 

Simbolizando las incontables gracias
y favores que María,
a través de su santo escapulario,
derramaría sobre el mundo.

 

Como fieles discípulos tuyos,
te imploramos, San Elías,
que nos guíes en nuestra jornada espiritual,
alentándonos a dedicar nuestras vidas.

 

A honrar a María, nuestra Madre celestial,
fuente de esperanza y consuelo.
Que, nutridos por la Santa Palabra
y la divina Eucaristía.

 

Podamos caminar con rectitud
y determinación a través
del desierto de la vida terrenal,
evitando las trampas y engaños del mundo.

 

Y las astucias del maligno.
Así como tú, alimentado únicamente
por el pan divino, caminaste valientemente
hacia el Monte Horeb huyendo de Jezabel.

 

Enséñanos a ser igualmente resistentes
ante las adversidades,
permaneciendo firmes en nuestra fe
y devoción.

 

Oh San Elías, protector fiel y poderoso,
en ti depositamos nuestra confianza
para que, con tu espada celestial,
nos ayudes a deshacernos.

 

De cualquier maleficio o espíritu maligno
que amenace nuestra paz y armonía.
Intercede por nosotros en las horas
de peligro y tribulación.

 

Y que con tu bendición,
ningún enemigo ni adversidad
pueda hacernos daño.
En ti confiamos.

 

Para que, armados con tu coraje
y fortaleza, podamos enfrentar
y vencer a quienes deseen perjudicarnos,
manteniendo siempre en nuestro corazón.

 

El deseo ardiente de algún día,
estar a tu lado,
cantando eternas alabanzas a Dios
y a Su Santísima Madre.

 

Hoy, alzamos nuestras súplicas a ti,
San Elías del Monte Carmelo,
solicitando tu intercesión ante Jesucristo,
nuestro Señor.

 

Y la Santísima Virgen María.
Que, a través de tu mediación,
podamos ser protegidos de toda maldad,
peligro y adversidad.

 

Con profunda devoción, te pedimos
que nunca nos abandones y que,
con tu poderosa intercesión,
podamos siempre caminar.

 

En el sendero de la luz,
la justicia y la salvación.
San Elías, luminoso faro de fe,
guíanos a través de las tormentas.

 

Que oscurecen nuestro camino espiritual,
eres el baluarte de todos los fieles,
refugio y fuerza en los momentos de desolación.
A ti recurrimos.

 

En busca de sabiduría y dirección,
a ti clamamos cuando la esperanza flaquea.
Eres la luz en nuestra oscuridad,
la brisa fresca en nuestro ardor.

 

Ayúdanos a ser auténticos discípulos de Cristo,
a vivir con pasión y devoción cada día.
Que, a tu ejemplo, podamos enfrentar
las pruebas con valentía. Amén.

 

A medida que concluimos nuestra oración, llevemos con nosotros no solo las palabras pronunciadas, sino también el espíritu y la esencia que encierran. Como San Elías nos enseñó a través de su vida, la fe no es un acto pasivo, sino un compromiso activo con el Señor, una llamada constante a vivir en conformidad con Su palabra y voluntad.

Que este momento de reflexión y devoción nos inspire a ser más diligentes en nuestra búsqueda espiritual y a seguir el ejemplo de San Elías, manteniendo viva la llama de nuestra fe. Que su valentía y determinación nos guíen, y que siempre busquemos el favor de Dios en nuestras vidas. Al mirar hacia el futuro, confiemos en que, con la intercesión de San Elías y nuestro compromiso genuino, seremos dignos del amor y la misericordia del Señor.

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