Oración a San Elías para el amor

El poder del amor es tan inmenso que puede trascender cualquier barrera, cualquier obstáculo. A lo largo de los siglos, la humanidad ha recurrido a entidades superiores, buscando guía y protección en los momentos de desesperación y incertidumbre. En estas páginas sagradas, se nos presenta una oportunidad única de invocar la fuerza de San Elías, un santo venerado por su capacidad de interceder en los asuntos del corazón.

Las oraciones son puentes que nos conectan con el divino, herramientas poderosas que, cuando se recitan con fe y devoción, pueden mover montañas y hacer que lo imposible se convierta en realidad. El deseo de un amor puro y verdadero, el anhelo de reconciliación y la protección contra las influencias negativas, son deseos universales que resuenan en cada corazón. Aquí, en esta oración dedicada a San Elías, encontramos un refugio y una guía.

Antes de sumergirnos en estas palabras profundas, hagamos una pausa y preparemos nuestro corazón. Que cada palabra que leamos sea más que una simple recitación; que sea un llamado desde lo más profundo de nuestra alma, una manifestación de nuestro deseo más sincero y una petición directa a San Elías para que intervenga en nuestro favor.

 

Oh San Elías, poderoso protector,
y guía, trote firme
de aquellos corazones que buscan
la armonía. Tú, quien auxilia
en los momentos de desesperación,
y une con tu manto de gracia
a quienes en el amor se han perdido.

 

Escucha mi ruego,
escucha esta alma que clama
por un amor sincero y puro.
San Elías, tú que puedes distanciar
a aquellos amantes que no pertenecen
a nuestro entorno y que sólo traen
perturbación.

 

Aleja a las personas
que injustamente se han intercalado
en nuestras vidas, interfiriendo
en la esencia de un amor que solía ser
inquebrantable. Porque tú sabes,
San Elías, que en la armonía
de dos almas unidas en amor,
no debe haber espacio para la discordia
ni el rencor.

 

Hoy te invoco con fervor
y esperanza, con la certeza
de que tus poderes divinos
y tu reconocida intervención,
me guiarán hacia lo que mi corazón
más anhela. Devuélveme ese amor
que se ha distanciado, atraído por otros
cantos y promesas vacías.

 

Rey de los muertos, ser de luz
y sombra, en tu sagrado nombre
y con la fuerza invencible de Sansón
y Santa Marta dominadora, te imploro.
Préstame la valentía de tres espíritus
guerreros para que tomen a quien amo
y lo regresen a mí, haciendo que su
pensamiento esté lleno de mí, y que sienta
en su corazón una irrefrenable necesidad
de buscarme, de hallar en mí la paz
y el amor que tanto ansía.

 

Permite, oh San Elías, que el Ángel Gabriel,
con su divina lumbre de fuego,
arda en el interior de mi amado
y lo guíe hacia mí, haciendo que olvide
toda tentación y encuentre en mis brazos
la verdadera pasión y devoción.

 

Santa Alocasia, tú que vagas
por las esquinas buscando a tu amor,
haz que mi ser amado se sienta loco
de amor por mí, que ande tras mis pasos
con el deseo puro y sincero
de compartir una vida juntos, lejos
de toda influencia negativa que pueda
separarnos.

 

Imploro a los ángeles celestiales,
a esos seres de luz leales y poderosos,
que controlen los pensamientos de mi amado,
que lo alejen de cualquier distracción
y lo hagan regresar a mí, manso
y rendido, olvidando todo pasado
que no me incluya.

 

Por todo el dolor y la angustia,
ruego que se arrepienta de todo corazón,
y encuentre en mí la redención
y el amor verdadero. En agradecimiento
a tu intercesión, te prometo, San Elías,
dar luz a tu camino y honrar tu nombre,
porque sé que en ti encontraré
el amor que tanto deseo.

 

Como lágrimas de los ángeles,
caen bendiciones en este rincón
sagrado. Que la esperanza florezca,
y cada palabra pronunciada en esta oración
sea escuchada por ti, intercesor celestial.

 

En el firmamento, las estrellas brillan,
cual testimonio de amores eternos y divinos,
y pido que mi ruego resplandezca entre ellas,
llevando un eco de amor a los confines
del universo y más allá.

 

Así sea, así será,
en nombre de todos los santos
y fuerzas divinas que me acompañan
en esta súplica de amor y reconciliación.
Amen.

 

Tras haber recitado esta oración con fe y sinceridad, podemos sentir una renovación en nuestro ser. Las palabras no son simples conjuntos de letras; son vibraciones que se elevan hacia el cosmos, buscando la intercesión de las fuerzas divinas. El amor es un regalo divino, y al buscar la guía de San Elías, estamos reconociendo la importancia de nutrir y proteger este precioso regalo.

Es esencial recordar que, si bien las oraciones proporcionan consuelo y dirección, la acción y la intención genuina también desempeñan un papel vital. No debemos quedarnos pasivos esperando milagros, sino que debemos ser activos participantes en el proceso de sanación y reconciliación. El poder de San Elías y las fuerzas divinas se magnifican cuando se complementan con nuestro esfuerzo sincero.

Que cada uno de nosotros encuentre la paz, el amor y la armonía que busca. Que San Elías y todos los seres celestiales nos guíen en este viaje. Y que siempre recordemos la importancia de mantener la fe, no solo en tiempos de adversidad, sino en cada paso de nuestro camino.

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