Oración a San Benito para alejar todo mal

La fe es una fuerza poderosa que mueve corazones y guía almas en sus momentos más oscuros. Cuando la duda nos acecha o el miedo intenta tomar control, la oración se convierte en nuestra fortaleza, conectándonos con seres celestiales y brindándonos una luz de esperanza. La tradición nos ha brindado figuras que se han consagrado por sus actos y devoción a Dios, y entre ellos, destaca San Benito, un guía espiritual que ha sido fuente de inspiración para muchos.

San Benito, con su vida dedicada a la espiritualidad y a la enseñanza de los preceptos divinos, ha dejado un legado que resuena en cada rincón donde se le invoca. Su vida está llena de ejemplos de perseverancia, amor y compasión hacia el prójimo. A través de él, encontramos un camino para fortalecer nuestra conexión con lo divino y enfrentar los desafíos que nos presenta la vida.

 

Oh virtuoso San Benito,
Glorioso maestro de la vida espiritual,
Fiel servidor de Cristo,
En oración encontraste consuelo.

 

En el silencio y dedicación,
Te invoco en aflicción y necesidad.
Siempre lleno de amor y misericordia,
A ti recurro en mi adversidad.

 

Resguarda de peligros que acechan,
Protégeme de influencias que intentan rodearme.
Refugio de los desamparados,
Fortalece mente, cuerpo, alma y ser.

 

Sana heridas que atormenten,
Elimina de mi corazón el rencor.
Que por ti, lleno de fe y esperanza,
Ilumina mi camino, guía mi amor.

 

Tú, que todo conoces de mí,
Mantén alejados los de malas intenciones.
No permitas que sus designios perjudiquen,
Mi escudo, mi luz, guía en batalla espiritual.

 

Que por el poder de Jesucristo,
Perturbaciones en mí se desvanezcan.
Desarma hechizos, maleficios, brujerías,
Que pretenden perjudicar la familia y a mí.

 

Invoco protección del dulce madero,
Y los dulces clavos que llevaste con honor.
Que el poder de la Santa Cruz ilumine,
Bajo la luz del Altísimo, mi redentor.

 

Agradezco por siempre escuchar súplicas,
Con humildad, en tus manos confío mi vida.
Con intercesión y ayuda celestial,
Guiados, protegidos, iluminados en recta guía.

 

Aleja sombras malignas que oscurezcan,
Por nacimiento humilde de Jesucristo, mi Salvador.
Que adversidades sean alejadas,
Con su vida, pasión, muerte y resurrección.

 

Jamás permitas que tentaciones invadan,
Que siempre siga el camino de luz y verdad.
Amén.

 

La oración es más que palabras que se elevan al cielo; es un diálogo íntimo con lo divino, una forma de rendir homenaje y agradecer por las bendiciones recibidas. Al dirigir nuestras plegarias a San Benito, no solo buscamos su intercesión, sino que también buscamos aprender de su sabiduría y seguir su ejemplo en nuestra vida diaria.

Que cada palabra que pronunciamos, cada súplica que hacemos, nos acerque más a la luz divina. Que nunca olvidemos la importancia de mantener viva nuestra fe, de buscar guías espirituales como San Benito y de rodearnos de su protección y amor. Con humildad y devoción, finalizamos esta oración, esperanzados en que, por medio de la intercesión de los santos y la magnanimidad de Dios, podamos encontrar la paz y el propósito en nuestra vida.

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