Oración a San Simón para la infidelidad

En la travesía de la vida, nos encontramos a menudo con obstáculos y tribulaciones que ponen a prueba nuestra fe y determinación. Estos momentos, aunque dolorosos, nos recuerdan la importancia de buscar guía y consuelo en las figuras sagradas que han caminado antes que nosotros, dejando un legado de amor, sacrificio y devoción.

San Simón Apóstol, un servidor leal del Señor, es uno de esos faros de esperanza a quien acudimos en los momentos más oscuros. Su vida, marcada por la entrega total al llamado divino, es un testimonio del poder de la fe y del amor inquebrantable hacia Dios. Su intercesión, conocida por brindar alivio y guía, es un refugio para todos aquellos que buscan reconexión y sanación en momentos de desesperación.

Al dirigirnos a él en oración, no solo buscamos su auxilio, sino también un acercamiento más profundo con el divino, una oportunidad para reflexionar sobre nuestras acciones y reenfocar nuestro camino hacia la luz del Señor.

 

Oh venerable San Simón,
Apóstol de la devoción,
Ante ti vengo a postrarme,
En este instante de desarme.

 

Donde la desesperanza me asedia,
Y las fuerzas parecen ser mías enemigas,
Por intercesión de la Virgen María,
Madre divina, guía de la vida.

 

Una petición de mi corazón presento,
Solución al dolor que en mi siento,
Problema de infidelidad, duro tormento,
Que se manifiesta, y yo lamento.

 

Fuente inagotable de bondades,
Tú que comprendes nuestras soledades,
Llevaste la palabra, sin maldades,
A los rincones, llenos de verdades.

 

Pesadez y tarea, ambos conocías,
Sanación y amor, cada día ofrecías,
Imploro tu intercesión, San Simón,
En esta situación de desazón.

 

Poderoso apóstol, luz de dirección,
Guiabas a los perdidos con pasión,
A mi ser amado, te pido traición,
Que vuelva a mí, sin condición.

 

Que los montes de Sunil nos testifiquen,
Y que el amor en su retorno signifique,
Toca su corazón, limpia y purifica,
Que las heridas del pasado se sacrifiquen.

 

Pensamientos oscuros, que no me invadan,
Calma, prudencia y rectitud, que me abracen,
Tentación y maldad, que no me desgracien,
Amor y sabiduría, que en mí nacen.

 

Tu labor no fue fácil, pero seguiste,
Esperanza y amor a todos ofreciste,
Paciencia y fuerza, a mí me concediste,
A superar el dolor, a mí me instruiste.

 

Líbrame de vínculos que lastiman,
Y guíame a un futuro de armonía,
Con tu vara de justicia, interviene,
Que nuestra reconciliación conviene.

 

Que todo acto y palabra sea sincero,
Que con tu bendición superemos el agujero,
San Simón Apóstol, a ti te encomiendo,
Sanación, amor y esperanza, te pido y te ofrendo.

 

Finalmente, con fe y con humildad,
A tu poder y protección, me vinculo en realidad,
Confío en ser escuchado y atendido,
En tu intercesión, mi ser es ofrecido. Amén.

 

La oración no es simplemente un acto de petición, sino también un momento de comunión con lo divino, una oportunidad para reflexionar y encontrar la guía necesaria para superar los desafíos de la vida. En nuestro diálogo sincero con San Simón Apóstol, encontramos el consuelo y la dirección que nuestra alma anhela.

A través de estas palabras, dejamos fluir nuestros más profundos sentimientos y esperanzas, confiando en que la intercesión del santo apóstol nos brindará la paz y el alivio que buscamos. Su vida y legado nos sirven de inspiración, recordándonos que con fe y determinación, podemos superar cualquier adversidad.

Que este acto de devoción fortalezca nuestra fe, renueve nuestra esperanza y nos guíe hacia un futuro donde el amor, la comprensión y la gracia divina sean las fuerzas predominantes en nuestro día a día.

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