Oración a San Silvestre para alejar lo malo

En la vastedad de nuestra fe y devoción, encontramos refugio en las palabras y oraciones que nos conectan con lo divino. A lo largo de los tiempos, hemos buscado guías espirituales que nos acompañen en nuestro viaje terrenal y nos ofrezcan protección ante las adversidades que enfrentamos.

San Silvestre, uno de los santos más venerados, ha sido una columna de fuerza para muchos, especialmente para aquellos que enfrentan pruebas y tribulaciones que desafían su fe. Su historia y legado nos recuerdan la importancia de mantenernos firmes en nuestras creencias, confiando en que siempre habrá una luz al final del túnel.

A medida que enfrentamos los retos de la vida, es esencial que recordemos la importancia de invocar a nuestros protectores espirituales. Las palabras que siguen no son solo un recuerdo de la protección de San Silvestre, sino también una súplica para que su guía y bendición estén siempre presentes en nuestras vidas.

 

San Silvestre, glorioso protector,
Del Monte Mayor, faro sin error.
Inquebrantable, ante el mal resistente,
Peso de batalla, alma de la gente.

 

Ven en ayuda, defiéndenos ya,
De lo que busca dañar, hazlo ya.
Conquistador de la victoria fiel,
Ante brujería y oscuro papel.

 

Tú, siempre valiente y tan poderoso,
Mano protectora, gesto generoso,
Nuestra casa pide tu bendición,
Refugio y templo sin aflicción.

 

Negocios, coches, rincones y más,
Que hechiceros y brujas no entren jamás.
Veredas, caminos, rutas sin fin,
Protege, oh Santo, de aquel sin festín.

 

Malhechores, hostigadores, los del rencor,
Aleja de nuestro camino y temor.
En la recámara donde descansamos,
Cuatro pilares, en ti confiamos.

 

San José, San Lucas, y Mateo también,
Jesús, nuestro dulce amparo y sostén.
Nos acostamos, con fe y con amor,
Bendiciones fluyen sin ningún temor.

 

Clavos antiguos, cruz tan preciada,
Contigo abrazados, alma aclamada.
Dios y la Virgen, en ti confiamos,
Todo daño alejamos, juntos cantamos.

 

Amigos, familiares, a quienes amamos,
Un manto especial, para que no seamos dañados,
Sobre [nombre de la persona o comentario] desciende,
Riqueza y salud, que siempre lo prenda.

 

Tu amor nos arropa, gran corazón fiel,
Escudo y protección, en cada papel.
Nuestros caminos, pide claridad,
Sin obstáculos, pura libertad.

 

Cada paso nos acerca a la verdad,
Felicidad plena, prosperidad sin igual.
Bajo tu amparo, seguridad hallamos,
Nada ni nadie podrá dañarnos.

 

Agradecemos, con corazón ferviente,
Eres escudo, fortaleza y fuente.
Faro en oscuridad, guía sin cesar,
Confiamos en ti, sin dudar.

 

Gloria y bondad, que sean eternas,
Testimonio vivo, de tus cavernas.
Poder y misericordia, en ti se reflejan,
Devoción y fe, en almas viejas. Amén.

 

Así como las olas del mar nunca cesan, nuestra fe y devoción hacia los seres divinos también permanecen constantes. A través de esta oración, hemos buscado la protección y guía de San Silvestre, fortaleciendo nuestra relación con lo sagrado y reafirmando nuestra creencia en su poder.

Que cada palabra pronunciada y cada sentimiento vertido en esta oración sirva como un puente hacia una vida más plena, llena de bendiciones y alegrías. Y aunque los desafíos de la vida son inevitables, sabemos que con la protección de San Silvestre, enfrentaremos cada obstáculo con valentía y determinación.

Al finalizar esta súplica, llevamos con nosotros no solo las palabras, sino también el espíritu y la esencia de lo que representa. Que la protección de San Silvestre nos acompañe en cada paso, y que su bendición sea una luz eterna en nuestro camino.

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