Oración a San Silvestre para el 31 de diciembre

Mientras la noche cae y la luz de las estrellas ilumina el firmamento, nos encontramos en la encrucijada de un año que finaliza y otro que se prepara para nacer. Es un momento solemne, un instante de reflexión, donde los corazones se inclinan en oración, buscando guía y fortaleza para el camino que se presenta ante nosotros.

Nuestros pensamientos a menudo se dirigen a aquellos que, a través de la historia, han mantenido firme su fe y han sido un faro de esperanza para generaciones. San Silvestre, con su vida ejemplar, es uno de esos santos cuyo legado nos inspira a mantenernos firmes en nuestra fe, sin importar los desafíos que enfrentemos.

Es con este sentimiento de reverencia y gratitud que nos acercamos al divino, buscando no solo agradecer por el año que ha pasado, sino también pedir orientación, protección y bendiciones para el año que está por comenzar.

 

Oh Señor, en esta noche
de cierre de año, vuelvo
mis pensamientos hacia
San Silvestre, tu fiel servidor.

 

Que durante su tiempo como Papa
soportó tribulaciones y
vio la caída de aquellos
que a la verdad se opusieron.

 

Su resistencia y fe,
tan inquebrantable,
me inspiran cada vez,
recordando las lecciones que gané.

 

Padre Eterno, en este instante,
ante ti elevo lo no resuelto,
las dudas, los miedos,
y lo que en mi corazón ha quedado suelto.

 

Pido sabiduría y fuerza
para enfrentar lo que viene,
y que, por San Silvestre,
a tus ángeles envíes a que me guíen.

 

Bañado en la sangre
de Jesucristo tu hijo,
deseo resistir al enemigo.
A tu amor me aferro, sin desdén.

 

Deseando cada paso que dé,
y cada decisión que tome,
me lleve más cerca de ti,
hacia la morada eterna que prometiste a mí.

 

San Silvestre, bendito protector,
de malas intenciones defiéndeme.
Que bajo el manto de santos esté,
en momentos de desespero, tu abrazo yo sentiré.

 

Como San Silvestre a sus rivales venció,
que de todo daño me libres yo imploro.
Que de todo mal nos alejes,
y nuestros caminos siempre protejes.

 

Mi agradecimiento es inmenso, Señor,
por el amor y la protección sin error.
San Silvestre, por tu guía te doy honor,
esperando el próximo año con mayor fervor.

 

Con esperanza de que esté lleno
de bendiciones y amor eterno.
De manifestaciones maravillosas,
en la vida de aquellos que amo, tan hermosas.

 

A ti, Señor, toda la alabanza doy,
todo el honor y la gloria hoy.
Amén.

 

Al concluir nuestra oración, sentimos un profundo sentimiento de gratitud y paz en nuestros corazones. La fe nos guía y nos da la fortaleza para enfrentar los desafíos con valentía, confiando en que no estamos solos en este viaje.

Sabemos que, como hijos del Padre Eterno, estamos protegidos y amparados bajo Su manto divino. Es este amor inquebrantable, este lazo que nos une, lo que nos da la confianza para mirar al futuro con esperanza y determinación.

Que cada palabra de nuestra oración no sea simplemente un eco en el viento, sino que resuene en el cielo, llegando directamente al corazón de Dios. Y que, al despertar con el alba de un nuevo año, recordemos siempre el compromiso de vivir cada día con propósito, amor y fe, siendo testimonios vivientes de la gracia divina.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

¿Qué te pareció este artículo?

Subir