Oración a San Marcos de León para alejar una persona

En el vasto universo de los santos y mártires que han dejado huella en la historia de la fe, hay aquellos que brillan con una luz especial. San Marcos de León, un evangelista ferviente y protector audaz, se encuentra entre estos luminosos seres.

Los relatos de sus hazañas no solo revelan su inquebrantable devoción, sino que también nos enseñan sobre la fuerza invencible que reside en la fe verdadera. Es ese poder el que permite a los humanos enfrentarse a los desafíos más grandes y superar los obstáculos más intimidantes. San Marcos de León es una prueba viviente de este poder.

Antes de sumergirnos en la oración que busca su intercesión, recordemos el propósito de nuestras plegarias. No solo buscamos protección o intervención, sino también la sabiduría y el entendimiento para caminar por el sendero divino. Con el corazón abierto y la mente clara, dirigimos nuestras palabras al cielo, esperando que sean escuchadas y atendidas.

Oh glorioso y magnánimo San Marcos,
Evangelista de León y protector,
Bendito seas entre todos los santos,
Del celeste cielo, brillante sector.

 

Tú, que con valentía y profunda fe,
Enfrentaste a bestias y a dragones,
Sometiste todo bajo el poder divino,
Hoy imploro, escucha mis oraciones.

 

Así como al león pudiste dominar,
Y tenerlo a tus pies, suave y sumiso,
Aleja de mi vida quien me quiere dañar,
Que su furia se apague, con tu permiso.

 

Oh justo protector de fe inquebrantable,
Transforma adversidades en bendiciones,
Las sombras que oscurecen, que sean palpables,
Disipadas ante tu luz, sin condiciones.

 

En tu grandeza, y con San Juan al lado,
Aleja malos sentimientos, y el rencor,
Que ojos envidiosos se tornen cerrados,
Manos y lenguas, sin maldad ni dolor.

 

Que corazones duros se ablanden, por fin,
Que la maldad en amor se transforme,
Como Cristo ante Pilato mostró su confín,
Adversarios reconozcan y se reforme.

 

Glorioso San Marcos, en ti confío,
Que animosidad y rencor sean limpiados,
Bravos como leones, con tu apoyo mío,
Sean por tu gracia, cual ovejas guiados.

 

Tu protección, y la Santa Compañía,
Que me envuelvan siempre, en cada paso,
El manto sagrado de la Virgen María,
Resguárdame de peligro, con abrazo.

 

Dios Todopoderoso, creador divino,
Fortalece mi fe y confianza en ti,
Creo en Jesucristo, y su destino,
Redención y amor, lo siento así.

 

Creo en el Espíritu, fuerza invisible,
En la Santa Iglesia, pilar y fortaleza,
Con la intercesión de San Marcos sensible,
Protegido estaré, con gran certeza.

 

Porque en esta vida, plagada de retos,
Tu luz, San Marcos, es guía y es faro,
Ante el mal, tus palabras son mis sonetos,
Con tu protección, avanzo y no paro.

 

Las pruebas son muchas, los desafíos grandes,
Pero con fe y devoción en el corazón,
No hay tempestad ni viento que desmande,
Con San Marcos y Dios, todo es bendición.

 

Así, en cada paso, en cada momento,
Siento la presencia divina en mí,
San Marcos de León, con tu aliento,
Siguiendo tu senda, feliz viviré aquí.

 

En gratitud, mi alma se eleva,
Por las bendiciones, el amor y el bien,
San Marcos, tu guía es como la esteva,
Que al alma sostiene y no la deja caer. Amén.

A través de estas palabras, hemos invocado la presencia y la protección de San Marcos de León. Pero más allá de eso, hemos fortalecido nuestro vínculo con lo divino, recordando que en los momentos de adversidad, no estamos solos.

Que esta oración no sea solo un rito pasajero, sino una fuente constante de fortaleza y fe para todos aquellos que la reciten. Pues, en cada súplica, hay un reconocimiento del poder celestial y de la gracia que fluye en cada rincón de nuestras vidas.

Finalmente, mientras continuamos nuestro viaje espiritual, que la intercesión de los santos y la guía divina nos acompañen, iluminando nuestro camino, fortaleciendo nuestra fe y recordándonos siempre el amor incondicional que Dios tiene para cada uno de nosotros.