Oración a San Benito Abad protección y liberación
En los anales de la historia eclesiástica, San Benito resplandece como una estrella de primera magnitud. Esta figura insigne, con su legado espiritual, ha dejado una huella indeleble en el corazón de la Iglesia y de muchos creyentes. Su vida, signada por la entrega total al servicio de Dios, es un testimonio elocuente de su profunda fe y devoción.
La Europa de antaño, envuelta en las sombras del tiempo, encontró en San Benito una guía, un faro luminoso que, con su regla monástica, estableció las bases para la espiritualidad cristiana en el continente. Desde los rincones más alejados de Europa, muchos se sintieron llamados por esa voz serena y firme que les hablaba de amor, sacrificio y entrega. Con el paso de los siglos, su influencia ha trascendido fronteras, tocando innumerables almas.
A medida que nos adentramos en esta oración, es esencial que abramos nuestros corazones y permitamos que las palabras nos guíen. Dejemos que la sabiduría y la devoción contenidas en estos versos nos inspiren, nos reconforten y nos lleven hacia una mayor conexión con lo divino.
San Benito, patrón
de Europa y guía de monjes,
En esta hora te invoco
con humildad y esperanza.
Desde el retiro
de tu monasterio,
diste luz al mundo,
Con tu Regla guiaste
a muchos hacia la santidad.
Protégeme, San Benito,
de todo mal y tentación,
Que con tu medalla
pueda hallar refugio y protección.
Haz que, inspirado
por tu ejemplo y enseñanzas,
Camine rectamente
por el sendero del Señor.
Líbrame de las asechanzas
del enemigo,
Con tu intercesión,
que sea fuerte en la adversidad.
En ti confío, fiel abad,
defensor de almas,
Llévame por un camino
de paz, fe y caridad.
Que, al seguir tus pasos
de oración y labor,
Encuentre en Dios
mi consuelo, fortaleza y amor.
San Benito, intercede
por nosotros ante el Altísimo,
Para que, en su misericordia,
nos conceda su bendición. Amén.
En la serenidad de nuestros corazones, después de haber recorrido este camino de oración, sentimos el eco de las palabras y las enseñanzas de San Benito. Su legado no es sólo una serie de reglas o directrices, sino un llamado profundo a vivir una vida centrada en Dios, buscando siempre Su presencia en cada momento de nuestras vidas.
Ahora, con la certeza renovada y fortalecidos por esta oración, podemos enfrentar los desafíos de la vida con valentía, sabiendo que no estamos solos. En cada paso, en cada elección, San Benito nos guía, intercediendo por nosotros ante el trono del Altísimo.
Que esta oración no sea solo palabras que resuenan en nuestros oídos, sino una llama ardiente que encienda nuestros corazones, impulsándonos a vivir con pasión, con fe y con amor, a la sombra protectora de San Benito Abad.
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