Oración del estudiante Santo Tomás de Aquino

En el transcurso infinito de la existencia, el ser humano ha buscado constantemente conexión y significado. Nos encontramos en un vasto universo, rodeados de maravillas que superan nuestra comprensión, y, sin embargo, la esencia de nuestra búsqueda siempre ha sido el entendimiento divino. El camino hacia la sabiduría y la iluminación es sinuoso y, a menudo, arduo. Pero es a través de la fe y la devoción que encontramos consuelo y dirección.

Las sagradas escrituras y las enseñanzas de santos y sabios nos han proporcionado una guía, un faro en la oscuridad. Entre estos grandes seres, Santo Tomás brilla con una luz especial, dejándonos un legado de sabiduría y devoción que sigue inspirando a generaciones. Al recurrir a sus enseñanzas y al poder de la oración, buscamos un mayor entendimiento y gracia en nuestra travesía.

 

Desde ese reino celestial,
Dios Padre con sabiduría eterna,
nos mira, y en este instante,
me encuentro aquí,
en el acto de oración,
buscando su misericordiosa atención.

 

Es en esta confluencia
de tiempo y espacio,
que elevo una súplica,
inspirada en Santo Tomás,
quien en su vida terrenal
alcanzó una perfección consumada,
faro brillante para maestros
y estudiantes de toda jornada.

 

Santo Tomás, con vida ejemplar,
escritos y sermones a revelar,
testamento del don divino,
y patrono de aquellos que buscan
el conocimiento fino.

 

Hoy, humildemente, ante él y ante ti,
Señor, vengo a pedir
la intercesión para avanzar en mis estudios,
iluminar mi camino con voluntad y virtuos.

 

Que, al igual que Santo Tomás,
pueda aplicar lo aprendido
en la cotidianidad de mi vida,
en exámenes y pruebas decididas.
Ruega por mí, venerable Santo,
para reflejar en mis horas de estudio
la memoria, lucidez y calma que anhelo.

 

Es mi deseo que los evaluadores
lo hagan con justicia y comprensión,
dotados de discernimiento,
sin cometer ninguna transgresión.

 

Que mi mente esté receptiva,
para lograr una concentración activa,
y en momentos de examen,
contar con tu inspiración, Santo Tomás.

 

Más allá de mi deseo de éxito,
imploro que todo lo aprendido
sea para glorificar a Dios decidido,
ser un instrumento divino,
y compartir mis dones con el prójimo.

 

Reconozco que el estudio es una bendición,
una oportunidad para la reflexión.
Agradezco a Dios por este regalo divino,
que con esfuerzo y sacrificio, me acerca a tu camino.

 

Dios, fuente de la sabiduría,
elimina las tinieblas de mi día,
instruye mi lengua, da gracia a mis palabras,
y bendice mis esfuerzos con esperanzas aclamadas.

 

Que mis estudios reflejen tu amor,
y sirvan como instrumento de paz,
en este mundo lleno de dolor.

 

Santo Tomás, ruega por mi destino,
con tu intercesión, avanzaré con tino.
Te entrego, Dios mío, mi senda de estudiante,
y me encomiendo a tu guía vibrante.

 

Porque en ti encuentro la luz verdadera,
y es a través de tu gracia sincera,
que puedo buscar, aprender y crecer.
Amén.

 

Tras este viaje de reflexión y súplica, es esencial reconocer el poder transformador de la fe. La búsqueda de sabiduría y entendimiento, aunque noble, es solo un medio para un fin más grande. Ese fin es vivir una vida alineada con el propósito divino, sirviendo a Dios y a la humanidad con humildad y amor.

Que cada palabra pronunciada, cada pensamiento contemplado, y cada acción tomada, reflejen la gracia divina que habita en nosotros. Y que, con la guía de Dios y Santo Tomás, continuemos construyendo un camino de luz, esperanza y servicio, fortaleciendo nuestro espíritu y reafirmando nuestra fe cada día.

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