Oración a Santo Domingo de Guzmán para niños

Santo Domingo de Guzmán, fundador de la Orden de Predicadores, ha sido una fuente constante de inspiración y guía espiritual para generaciones. Desde sus humildes comienzos en España, su vida fue un testimonio de devoción y servicio inquebrantable al Señor.

Su legado no solo se manifiesta en los monasterios o iglesias, sino también en los corazones de aquellos que buscan una conexión más profunda con lo divino. Los niños, con su inocencia y fe pura, tienen un lugar especial en la enseñanza de Santo Domingo. Él creía que todos, independientemente de su edad, podían acercarse a Dios a través de la oración y el servicio a los demás.

Por ello, hemos creado una oración especial dedicada a él desde el prisma de los más jóvenes. A través de estas palabras, esperamos que los niños puedan encontrar un modelo a seguir en Santo Domingo, alguien que les muestre que la fe, el amor y la bondad pueden cambiar el mundo.

 

Santo Domingo, amigo

De los niños y su risa,

Que desde el cielo radiante

Nos ves a todos con amor,

Y en cada paso que damos,

Te pedimos que guíes

Nuestros corazones jóvenes.

 

Al igual que guiaste

A tantos en la tierra,

Eres fundador de una orden,

Que al mundo lleva la esperanza.

Mensaje de amor de Dios,

Un amor tan inmenso y profundo,

Ayúdanos a ser como tú:

Valientes y amables,

Dispuestos a compartir

La bondad de Dios

Con todos los que encontremos.

 

Aunque tu vida, llena

De grandes y nobles obras,

Te pedimos que nos enseñes

A valorar lo pequeño.

A hacer pequeñas cosas

Con un amor inmenso,

Que aprendamos de tus historias,

A ser amables, a orar

Y a tender la mano

A quienes nos rodean y necesitan.

 

En la escuela, en casa,

Con amigos y seres queridos,

Que tu ejemplo nos inspire

Cada amanecer, cada día.

 

A ser más pacientes,

A estudiar con empeño,

Y a ser siempre amigables,

Comprensivos y llenos de alegría.

Te pedimos por nuestros maestros,

Por nuestros padres y guías,

Para que con sabiduría y amor

Nos guíen y nos enseñen.

 

Por todos los niños del mundo,

Especialmente aquellos en penurias,

Para que encuentren consuelo,

Amistad y alegría en sus días.

Santo Domingo, protector,

Te pedimos que intercedas

Por nosotros, por nuestras almas,

Para que crezcamos con fe y amor,

Siguiendo tus pasos y los de Jesús.

 

Y así, algún día, junto a los ángeles,

Podamos estar contigo en el cielo,

Entonando himnos y alabanzas

Al Señor por toda la eternidad.

Sabemos que tu amor nos guía,

Que siempre estás a nuestro lado,

Iluminando nuestro camino,

Con tu luz de santo bondadoso.

Te damos gracias por tu bendición,

Por ser nuestro guía espiritual,

Y pedimos que siempre nos protejas,

En cada paso, en cada detalle. Amén.

 

En la oración que hemos compartido, el espíritu y las enseñanzas de Santo Domingo resuenan en cada palabra, llamándonos a vivir una vida de devoción y amor. Al enseñar a nuestros niños a orar y reflexionar sobre su vida, les proporcionamos herramientas valiosas para navegar por el mundo con una base espiritual sólida.

Que estas palabras no solo sirvan como una súplica, sino también como un recordatorio constante de nuestra capacidad para marcar una diferencia en el mundo que nos rodea. La fe y la acción son dos lados de la misma moneda, y juntas, tienen el poder de transformar vidas.

Que la oración y el ejemplo de Santo Domingo inspiren a cada niño, joven y adulto a acercarse más a Dios y a servir a los demás con un corazón lleno de amor y comprensión. Que su legado continúe iluminando nuestros caminos y guiándonos hacia la eternidad con el Señor.

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