Oración de San Bartolomé para embarazadas

En los anales de la historia sagrada, existen personalidades que, con su dedicación y amor por la verdad divina, se han convertido en pilares de la fe. San Bartolomé, uno de los doce apóstoles, es una figura icónica que ha dejado una huella imborrable en la tapiza del cristianismo. Su vida, repleta de sacrificios y actos de fe, nos brinda lecciones profundas sobre la devoción y el compromiso con el mensaje celestial.

La comunión con lo divino, la búsqueda de la luz en tiempos oscuros y la constante aspiración hacia la guía espiritual, son aspectos fundamentales que encontramos en las acciones de Bartolomé. Su ejemplo, repleto de fortaleza y claridad, sirve como un recordatorio de que, a pesar de los desafíos de la vida, uno puede encontrar consuelo y dirección en la palabra de Dios.

 

Bartolomé, aquel apóstol
de Jesucristo e hijo predilecto,
de la magnífica creación de Dios,
caminaste por la tierra
con un entendimiento profundo.

En tus pasos encontraste el poder,
de despejar la confusión y angustia,
el nerviosismo de las almas turbadas,
actuando como protector de la mente.

 

Mientras siento la maravillosa gracia,
de Dios, que me permite experimentar,
el milagro de una nueva vida dentro,
mi corazón desborda en gratitud.

 

No obstante, con la dicha de maternidad,
vienen ansiedades y temores,
que se infiltran, con cada latido,
mi preocupación crece en un mundo incierto.

 

En momentos oscuros, busco refugio
en tu serenidad y fortaleza, Bartolomé,
te imploro que extiendas tu manto protector,
sobre mi vientre y el ser que alberga.

 

Soy un instrumento de Dios,
un humilde servidor entre mortales,
necesito tu guía para resguardar
el pequeño milagro que se me ha concedido.

 

Admirado Bartolomé, recuerdo
cómo reconociste a Jesús sin duda,
infunde en nosotros esa fe inquebrantable,
para apreciar los milagros cotidianos.

 

Hoy te suplico con devoción profunda,
muchos males y dolores atormentan,
busco tu intercesión para sanar,
para todos aquellos que buscan alivio.

 

Tu fidelidad y la de nuestro Señor,
permanece firme a pesar de mis fallos,
San Bartolomé, en tiempos antiguos,
por medio de ti, Dios obró milagros.

 

Hoy deposito mi confianza en ti,
esperando tu intercesión y guía,
que se manifieste en la tierra,
consuelo y esperanza para quienes te invocan.

 

Tu vida es testimonio del amor de Dios,
en tus viajes enfrentaste desafíos,
permíteme emular tu devoción y firmeza,
que cada paso esté guiado por la gracia divina.

 

En un mundo de tribulaciones,
te pido guía para mantenerme en el camino,
que mi corazón permanezca abierto
a su amor y sabiduría divina.

 

Que nuestras plegarias sean escuchadas,
y nuestras peticiones atendidas,
con amor y misericordia divina,
Amén.

 

A través de nuestras plegarias, encontramos un puente directo con lo divino, permitiéndonos acercarnos más a la esencia misma de nuestra existencia. San Bartolomé, con su vida y sus enseñanzas, nos muestra que es posible vivir en armonía con la palabra de Dios, y que en cada acto de fe, hay un paso más hacia la redención.

Mientras seguimos en este viaje terrenal, rodeados de tribulaciones y tentaciones, que las oraciones como esta nos guíen y fortalezcan. Recordando siempre que, con la ayuda de santos y mártires como Bartolomé, estamos un paso más cerca del amor y la gracia divina. Que cada palabra y pensamiento elevado en oración sea un testimonio de nuestra inquebrantable devoción y amor por el Creador.

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