Oración a San Onofre para cuatro peticiones

En la intrincada senda de la fe, los seres humanos buscamos guías espirituales que nos auxilien en momentos de incertidumbre. San Onofre, venerado por su inquebrantable compromiso con Dios y su legado de intercesiones milagrosas, emerge como un faro de esperanza para aquellos que atraviesan turbulencias. Como protector de aquellos en situación de vulnerabilidad, ha sido un refugio para muchos.

Al invocar su nombre, nos remontamos a tiempos antiguos, cuando su devoción lo llevó a renunciar a los placeres mundanos y a abrazar una vida de penitencia y oración en el desierto. Su historia es testimonio del poder de la fe y la capacidad del espíritu humano de encontrar fuerza en la adversidad. A lo largo de los siglos, muchos han recurrido a él en busca de guía, protección y solaz espiritual.

 

Oh glorioso San Onofre,
cuya intercesión es fuerte,
ante el Señor tan grande y poderoso,
en esta hora, en este momento oscuro.

 

Vengo a ti con corazón humilde,
esperanzado, ansioso y tembloroso.
Desde la creación, oh santo,
Dios te ha dado un manto.

 

Mediador para los devotos en pena,
yo te busco, en cada problema.
Deseo encontrar en ti amparo y fe,
para que un hogar a mi familia conceda Él.

 

Un hogar de presencia divina,
donde tu bondad nunca termina.
Ningún mal pueda acercarse,
y la luz de Dios siempre abrace.

 

Transforma ese espacio, te pido,
en un santuario bendecido.
Donde sirvamos a Dios con pasión,
y extendamos ayuda sin condición.

 

En ocasiones, la envidia me invade,
y el desaliento en mi mente persuade.
Aleja esos sentimientos oscuros,
y trae luz a mis caminos futuros.

 

Como tú, comprometido en la tierra,
quiero que mi hogar sea de fe y que destierre
la tristeza, y ofrezca amor.
Que el hambriento y el desamparado hallen calor.

 

En este viaje de vida, constante y duro,
conduces mis pasos, seguro.
Ayúdame a ofrecer un buen futuro,
a mis hijos, con cada muro.

 

Trabajo y educación son necesarios,
en este mundo, con sus calvarios.
Pero mi deseo es ser un ejemplo,
de espiritualidad, en cada templo.

 

Oh San Onofre, de fama sin par,
que nunca has dejado de ayudar.
Te imploro en estos tiempos duros,
que me ayudes en mis apuros.

 

Con tu mediación, confío y espero,
encontrar la bendición en este sendero.
Honraré tu imagen, con fe y devoción,
recordando siempre tu intercesión.

 

A través de tu ejemplo, quiero aprender,
y tus virtudes en mi vida tener.
Para reunirme contigo al final,
en el cielo, en el lugar celestial.

 

No deseo solo para mí, noble santo,
sino para todos, sin quebranto.
Que todos encuentren en Dios alivio,
y superen todo peligro y desafío.

 

Bendito seas, San Onofre querido,
en ti, mis esperanzas han sido vertidas.
Confiando en tu intercesión grandiosa,
acudo a ti, siempre esperanzado y con rosa.

 

En nombre de Jesucristo, amado Señor,
deposito en ti, con fervor,
todas mis peticiones y anhelos,
esperando tu auxilio, sin desvelos. Amén.

 

A través de estas palabras, unimos nuestras voces en una súplica colectiva, buscando la intercesión de San Onofre. La devoción sincera hacia los santos no es simplemente un acto ritual, sino una profunda expresión de nuestra conexión con lo divino. Al reconocer y agradecer la ayuda y orientación que recibimos, fortalecemos nuestro vínculo con el Todopoderoso y reafirmamos nuestro compromiso de seguir el camino recto.

En tiempos de tribulación y alegría, recordemos siempre la importancia de mantener nuestra fe intacta. San Onofre nos recuerda que, a pesar de las adversidades que podamos enfrentar, con fe y devoción, todo es posible. Que la gracia de San Onofre nos acompañe y nos guíe, y que su legado continúe siendo un faro de esperanza y amor divino para todas las generaciones venideras.

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