Oración a San Martín de Porres por los animales enfermos

En el vasto universo que nos rodea, es indiscutible que cada criatura tiene un propósito y un lugar designado por la voluntad divina. Estas criaturas, ya sean humanas, animales o cualquier otro ser, son testimonios del amor inmenso y del poder creador de Dios, una manifestación viva de Su esencia.

En muchas ocasiones, subestimamos la importancia de los animales en nuestras vidas. No sólo son compañeros leales, sino también un reflejo de la misericordia y cuidado de nuestro Creador. Su presencia en nuestras vidas es un recordatorio constante de la bondad de Dios y de la responsabilidad que tenemos de cuidar y proteger a todas las criaturas.

 

Padre Todopoderoso, creador de todos,

los seres vivos que danzan en el cosmos.

En los primeros días de la creación,

manifestaste tu poder y amor inmenso.

 

Dando forma a los peces del mar profundo,

a las aves del cielo, y a bestias de la tierra.

Te presento con humildad esta plegaria,

por los seres que no hablan, pero que amas.

 

San Martín de Porres, fiel y devoto,

amigo de animales, protector de todos.

En tu tiempo terrenal, devoción mostraste,

hacia ellos, como hermanos los trataste.

 

Corazón tan grande, que los animales,

buscaban tu consuelo, en ti hallaban paz.

Desde los cielos, ahora intercede,

por [nombre del animalito] que sufre y padece.

 

A los veterinarios y cuidadores, guía,

para aliviar el dolor, con sabiduría.

Por aquellos animales desamparados,

que sufren en el olvido, abandonados.

 

San Martín, ejemplo de amor y bondad,

enséñanos a cuidar con sinceridad.

Que cada acción, cada pensamiento,

sea de amor, respeto y sentimiento.

 

Que reconozcamos el valor de cada vida,

brindando a cada ser, alegría y sonrisa.

Agradezco tu intercesión divina,

San Martín de Porres, guía nuestra senda.

 

Confío en que escuchas mi oración sincera,

y que tu corazón sobre [nombre del animalito] se espera.

En el nombre del Padre, del Hijo amado,

y del Espíritu Santo, amén consagrado. Amén.

 

Al finalizar esta oración, es esencial reflexionar sobre la profunda conexión que compartimos con todas las criaturas de Dios. A través de la intercesión de los santos, como San Martín de Porres, se nos recuerda la noble tarea de proteger, amar y cuidar a los seres que cohabitan nuestro mundo.

Que nuestras acciones y plegarias no sean meros actos de devoción, sino también un compromiso firme de respetar y valorar la vida en todas sus formas. Y que, al hacerlo, podamos acercarnos más a la visión de un mundo donde cada ser es reconocido y amado como una extensión del amor divino.

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