Oración a San Jorge contra todo mal de ojo

En momentos de tribulación y desafío, el ser humano busca refugio y guía en las fuerzas divinas. La fe se convierte en nuestro faro, y a través de ella, encontramos la fuerza para enfrentar las adversidades. Las historias y enseñanzas de los santos se convierten en un recordatorio de la divinidad que reside en cada uno de nosotros y del poder de la oración.

San Jorge es conocido en la tradición como un guerrero celestial, un protector contra el mal y un defensor de los desamparados. Su vida y su legado nos inspiran a mantenernos firmes en nuestra fe y a luchar valientemente contra las fuerzas que buscan perturbar nuestra paz interior.

A medida que nos sumergimos en esta oración, es esencial abrir nuestros corazones y mentes, permitiendo que las palabras trasciendan más allá del simple recitado. Que cada frase nos conecte más profundamente con el divino y nos brinde el amparo y la luz que buscamos.

 

En el sagrado silencio
de este momento,
humildemente me postro
ante la magnífica presencia
de San Jorge, el omnipotente
guerrero celestial.

 

Invoco la poderosa esencia
de sus armas sagradas
y el amor inquebrantable
que emana de las llagas
abiertas de nuestro amado
Jesucristo.

 

Que ese amor divino fluya
sobre mi ser,
bañándome con su luz y bondad,
y que la Virgen de Nazaret,
con su manto sagrado,
me envuelva protegiendo
cada respiro y pensamiento.

 

Que al vestirme con el manto
y armas de San Jorge,
me encuentre fortificado
ante los desafíos
de la existencia.

 

Que aquellos que pretendan dañarme,
aunque posean pies, no logren alcanzarme;
que con manos, no consigan tocarme;
y con sus miradas y pensamientos oscuros,
no perturben la paz que reside
en mi corazón.

 

Que sus armas y designios se desvanezcan
antes de poder tocarme,
quebrándose como cristal
ante la divina protección
que me brinda el Santo Guerrero.

 

Reconozco que existen peligros
visibles e invisibles,
en este plano terrenal y en el espiritual,
pero confío en que la fuerza
y grandeza de San Jorge me defiendan.

 

Que con la bendición del Padre,
el amor del Hijo y la guía del Espíritu Santo,
encuentre siempre en San Jorge
un refugio inquebrantable.

 

Que su caballería celestial custodie mi hogar,
haciéndolo invisible ante aquellos
que buscan perturbar su tranquilidad
y seguridad.

 

Que su protección se extienda en cada viaje,
librando mi camino de accidentes y peligros.
Que su escudo me resguarde
de la violencia y maldad
que a veces acecha en las sombras del mundo.

 

Agradezco las oraciones que,
a lo largo de los siglos,
han buscado la intercesión
de este poderoso santo.
Ecos de devoción que resuenan
en el tiempo, recordándome
que no estoy solo en esta petición.

 

San Jorge, tú que transformas
lo negativo en positivo,
disipa cualquier mal de ojo,
envidia y resentimiento
que se dirija hacia mí.

 

Envíame un ángel protector
que me resguarde de las artes oscuras,
de las personas con intenciones dañinas
y de todo mal que intente asediar mi espíritu.

 

San Jorge bendito, mi roca y baluarte,
imploro que tu mano protectora me alcance,
alejando todo daño y negatividad
que intente nublar mi camino.

 

Que, a través de esta oración, renovada
y unificada de tantas voces pasadas y presentes,
encuentre la serenidad, el valor y la alegría
de vivir bajo tu constante protección.

 

En la confianza de que, con el poder de Dios,
la intercesión de Jesús y la guía del Espíritu Santo,
siempre caminaré bajo la mirada protectora
de San Jorge, concluyo mi súplica.
Que así sea, ahora y siempre. Amén.


A través de estas palabras llenas de fe y devoción, hemos buscado la protección y guía de San Jorge. Hemos expresado nuestras preocupaciones, esperanzas y deseos de estar siempre bajo el amparo celestial.

Es nuestra responsabilidad mantener viva la llama de esta fe y hacer eco de esta oración en nuestro día a día. Las adversidades pueden presentarse, pero con la fortaleza que obtenemos de nuestra conexión con lo divino, estamos preparados para enfrentarlas con valentía y determinación.

Que cada vez que pronunciemos o recordemos esta oración, sintamos la presencia reconfortante y protectora de San Jorge a nuestro lado. Que nuestra fe se fortalezca y que el amor divino siga fluyendo en nosotros, guiando cada paso que damos en nuestro viaje espiritual.

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