Oración a nuestro padre Jesús de Medinaceli

En el vasto universo de nuestras creencias y devociones, nos encontramos con figuras que iluminan nuestro camino y guían nuestras almas en busca de paz y entendimiento. Jesús de Medinaceli, uno de los rostros más venerados y amados de la fe cristiana, se presenta como un faro de esperanza y amor en nuestras vidas.

Es a través de las sagradas escrituras y nuestras oraciones que buscamos conectar con lo divino, y en esta oración en particular, nos adentraremos en un profundo diálogo con el Señor de Medinaceli. Las palabras que leeremos a continuación no son meras combinaciones de letras, sino expresiones del corazón que buscan el consuelo, el perdón y la guía del divino.

 

En medio de tormentas,
en Ti encontramos refugio,
en cada amanecer,
y en el anochecer que inicia.

 

Como el Cautivo más decoroso,
Tu sufrimiento y generosidad,
nos muestran el camino,
de la fe y del amor sin malicia.

 

Tu pasión en la cruz,
refleja el sacrificio supremo,
llevando sobre Tus hombros
el peso de nuestro crecimiento.

 

Redimiendo al mundo entero,
en Tu rostro divino,
marcado por la sangre,
promesa de redención sentimos.

 

Padre Jesús Nazareno,
protector de la tierra,
guía desde los cielos,
ante Ti nuestras súplicas dejamos.

 

Nacidas de un corazón sincero,
anhelando tu misericordia,
y comprensión en silencio,
en adversidad y temor, a Ti clamamos.

 

Por cada clavo que perforó,
Tus manos y pies tan venerados,
por ofensas y errores,
perdón y misericordia imploramos.

 

Tú, con amor infinito descendiste,
mostrándonos cómo vivir y amar,
escucha nuestras oraciones,
guía nuestros pasos, sin cesar.

 

Ayúdanos a seguir Tus mandamientos,
a alcanzar la gloria celestial,
bendícenos en nuestras travesías,
protege nuestros hogares, sin igual.

 

A este mundo tan necesitado,
de Tu amor y comprensión,
que nuestras peticiones alivien,
y fortalezcan nuestra misión.

 

Cristo de Medinaceli,
en Ti hallamos refugio,
escudo contra adversidad,
esperanza en cada rincón.

 

Ayúdanos a enfrentar las dificultades,
con fe y determinación,
busca consuelo en Tu compañía,
y confianza en Tu bendición.

 

Sobre hogares, trabajos y sueños,
derrama prosperidad y paz,
con humildad nos acercamos,
buscando Tu guía y tu solaz.

 

Jesús de Medinaceli,
siempre estás con nosotros,
bendice nuestras vidas,
con abundancia, fuerza y cariños.

 

En Tu nombre, depositamos,
esperanzas y deseos a la par,
que nunca nos dejes solos,
y nos guíes en el andar.

 

En tu poderosa presencia,
Señor, consuelo hallamos,
Tú, comprensivo y poderoso,
escucha nuestra oración, te aclamamos.

 

Permítenos sentir Tu amor,
protección en cada paso a dar,
a través de Ti, buscamos,
acercarnos a Dios, nuestro hogar.

 

Todopoderoso, creador del cielo,
y la tierra con su hermosura,
confiamos en que nuestras súplicas,
serán escuchadas, sin demora. Amén.

 

Al culminar nuestra plegaria, sentimos en el corazón el calor de la fe renovada y la esperanza fortalecida. Cada palabra pronunciada es un lazo que nos une más estrechamente con el divino, reconociendo su omnipresencia y su infinita bondad.

Que esta oración sirva no solo como un reflejo de nuestra devoción, sino también como un recordatorio de que, a pesar de las adversidades, Jesús de Medinaceli permanece a nuestro lado, brindando protección y amor. Que cada día, al recordar estas palabras, podamos fortalecer nuestra fe y reafirmar nuestro compromiso con los valores y enseñanzas del Señor.

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